domingo, 11 de marzo de 2012
La Forza del Destino
Aprendí a amar lo sencillo.
Por eso te distinguí,
supe que al fin eras tú a todas luces
con la Forza del destino,
vibrando en mitad de la apoteosis
de las trompetas de Verdi,
en los vientos por ti sonando dulces
como un clamor silente,
como el último sorbo de un buen vino
yo te distinguí y te amé
con la boca y los oídos.
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5 comentarios:
Un poema precioso.
Saludos
Me ha encantado, la fusión de tus palabras con la música es espectacular. Tú me haces vibrar en cada momento. EO
:) :) :)
En lo sencillo.. va lo inmenso
en un sorbo
amor entero diluido!
Siempre un placer leerte Sabbag. Vengo desde mis mundos.. de donde aun no me he ido. Sigo... leyendote.
Abrazo..T
qué bonito
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