Traía la tarde un rumor de arenas
que alcanzaban perezosas las olas
y fabricaba el viento las cabriolas
de las gaviotas que graznan mis penas.
-¿Por qué te las tragas y te envenenas?
-Llora como un valiente, llora a solas.
-¿No oyes el grito de las caracolas?
-Golpéate el pecho y verás que suenas.
Alzó el mar su voz sobre las gaviotas:
-Recuerda que eras un crío pequeño
cuando yo era una piscina muy grande.
Sonrió en mí el niño, lágrimas rotas:
"Duele jugar a cambiar tras un sueño,
mudar la piel de un amor que se expande."
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La lista de deseos
Hace 2 semanas
5 comentarios:
Bonito texto, es como de canción para acompañar el camino, de cinta para poner en el coche, algo que es esencia y que te ayuda y que te embelesa. Muy buenas vibras para ti.
Mientras lo vas leyendo te traspasa la piel, se siente, de veras
cambiar la piel, eso. Muchas gracias por tu visita.
Tremendo Luís. Un bombazo al corazón :)
Un abrazo enorme
sonrie en mi el niño, niño interno.
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