Soy del sabor de mis labios,
de la escarcha y del romero,
de la aceituna y del mango,
del tacto tibio del beso
que se estampa en el ocaso
cuando florece el deseo.
Soy del vigor de mis brazos
que temblando amanecieron
de la noche en tu regazo,
de una luna y mil luceros
que escogieron mis abrazos
y de abrazos encogieron.
Soy del cristal de mis manos,
que despiertan de mi cuerpo
cuando ya lo han entregado
y mirando están tu sueño
mi alma y mis ojos aunados,
prisioneros del momento.
Soy uno a tu piel pegado
y sin ti soy sólo medio:
ni manos, ni brazos, ni labios,
una palabra existiendo.
_____________________________
miércoles, 28 de septiembre de 2011
miércoles, 21 de septiembre de 2011
Viento de las nubes arremolinadas
Atardecer en la costa de Almería
Late en las nubesalgo de ti,
algo de mí,
que hace temblar a las gaviotas.
__________________________
miércoles, 14 de septiembre de 2011
Haiku sfumato
Foto: Piazza del Campo, Siena.
Son ya las doce
del reloj de la plaza
retumba el toque.
___.________.________._____
miércoles, 7 de septiembre de 2011
Ámbar
Donde se duerme la imagen, se levanta el deseo, así tan enhiesto, tan decidido y potente que no escatima en besos, pintando el cuerpo apenas la boca, como una brocha de colores, viendo uno, queriendo ser visto el otro, traspasando el espacio voces de respiro, jadeos ahogados en sus ecos, tocando el cielo del último aire...
Recorre la yema del dedo la clara finura de las piernas, erizando el vello como mesa la brisilla los trigales ya amarillos, que se anaranjan del calor, como las piedras preciosas que nos dejó la geología, al inicio de los tiempos. El brillo meloso, la mágica luz, las formas suavizadas, insinuantes, la elegancia del ámbar, para la piedras, es insultante. ¡Quién no la desea!
_________________________________
Recorre la yema del dedo la clara finura de las piernas, erizando el vello como mesa la brisilla los trigales ya amarillos, que se anaranjan del calor, como las piedras preciosas que nos dejó la geología, al inicio de los tiempos. El brillo meloso, la mágica luz, las formas suavizadas, insinuantes, la elegancia del ámbar, para la piedras, es insultante. ¡Quién no la desea!
_________________________________
Suscribirse a:
Entradas (Atom)