Diecisiete años más tarde,
su amante se cansó de esperar
y lo dejó plantado al atardecer,
solo, en el lugar de cita habitual:
un cruce de carreteras viejas,
junto a la lánguida iglesia
que se desmorona cerca del acantilado.
Veinticinco años después
de brindar con champán en su boda,
él empuja la silla de ruedas
de su esposa, que siempre aguardaba
mientras él acariciaba a otra
deseando que los niños crecieran
para abandonarla.
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6 comentarios:
Qué triste, no? ...
Espero que tú no tardes lo mismo en volver...
Besos
Cita
Oh, es una historia triste...
Me recuerda a una canción de Maná, "El muelle de San Blas". También es triste.
He tenido dos propuestas de reto en el mismo post! jaja. Aunque tendrán que esperar un poquito porque antes tengo que resolver uno que me ha propuesto mi hermana (si, ella también me reta, jaja). Pero los acepto seguro!
Saludos!
Hola! me encanto el espacio que tienes aquí! ) me uno al grupo )
Un gran saludo!
Quién se atreve a engañar debe asumir las consecuencias, y en la oscuridad jamás hubo lugar para los secretos.
Un beso
Es super triste :(
Oh...
¿ Porqué?
Besos!
Por una parte me transmites tristeza y sueños frustrados.
Por otro lado, él hizo lo que debía hacer y se sacrificó por su familia.
Si no tuvo el valor de cortar con su mujer es una cosa, si lo hizo por amor y por no dañarla entonces está bien hecho.
Un saludo.
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