sábado, 5 de marzo de 2011

La caza del tesoro

Si no hubiera sido tan pequeño,
me habrían cabido más lágrimas,
lágrimas para llorar con justicia
las bondades que al irte te llevabas,
pero en mi minúsculo cuerpo de infante
cupo sólo llanto para llenar un barreño,
un barreño que era amor a mares,
mares para echar a flotar un velero,
un velero de una tarde de manualidades,
de un marinero con ocho años
que jugaba a navegar por su océano triste
imaginando alegre que te sorprendería,
abuela, en mitad de aquel viaje al que te fuiste.
____________________________

8 comentarios:

mária dijo...

Precioso, me ha encantado.
Cuanta melancolía en las palabras. Creo que los niños entienden mejor esas partidas, porque su apego a la vida es diferente.
Un abrazo.

Adm Ink dijo...

Me encantas poeta. Tenía que pasarme por aquí, un día de estos vengo para quedarme que hoy tan solo estoy de visita.

Besos grandes.

Cita Franco dijo...

Que homenaje tan bonito con esos versos tan cuidados marinero.

Millones de besos y felicidades por este poema.

Cita

Raquel Begué dijo...

Jo, ha sido precioso. La verdad es que llevaba unos días sin poder pasarme por aquí y te lo creas o no, echaba de menos estos versos tan bonitos que escribes.

Un beso gris :)

El Rey Blanco dijo...

bello blog, no creo en las casualidades

Vero dijo...

Precioso este poema y a la vez doloroso tener que sentir la pérdida de una persona tan importante.

Elchiado dijo...

tú no sabes lo que cabe en un barreño!

un abrazo que se desborda

Lola Fontecha dijo...

Cuando a un niño la muerte le arrebata a un ser querido, sus lagrimas son capaces de inundar ciudades enteras. Un beso Sabagg

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