En el frío marino
ni los delfines saludan
a los barcos
cuando los navegantes
arrojan sus colillas
de noche,
absortos arreglando sus vidas,
perdonándose sus errores
o descifrando el código
que resuelve sus dudas.
Pero nadie salta por la borda
tras los surcos del barco
porque nunca sabrán el futuro
pero todos lo sueñan.
Y algunos hasta lo buscan.
2 comentarios:
Todos los sueñan...tienes razón...
Me gusta los destiempos tan de tiempos en tu texto... si se entiende el trabalenguas.
Para eso es la noche y el mar... el dulce placer de quedarse absortos.
Mas.. :)
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