Siempre temía una cosa:
ser en sus dedos
la saliva justa
que se toma de la boca
para pasar las páginas duras
y se seca luego
cuando las hojas
traen los sueños,
el soplo de viento
que traslada las dunas
a tragarse la historia
y cesa luego
cuando mueve el agua una noria
en el gran oasis del desierto.
La lista de deseos
Hace 2 semanas
4 comentarios:
No me importaría ser un plan B, si el trato es tan exquisito como muestras. Un saludo
Se va dejando entrever un algo del otoño que se acerca entre tus letras, señor poeta. Un abrazo
hola y gracias por comentar en mi blog...
es extraña la vida,con sus dramaticos momentos,pocos son los de la comedia,y si el grotesco...pero a la vida,no la puedo encerrar,en un solo título
un abrazo enorma
muchas gracias
lidia-la escriba
Esta es fuerte y personal... basta con leer ese inicio "Siempre temia una cosa..."
Sucede... se termina siendo saliva.
Abrazos :)
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