Anduvo perdido
hablando solo
distraído y traspuesto
arrastrando sus huellas
por la seca y ardiente
arena de la playa.
De repente se detuvo
y al punto,
mirando al mar,
corrió hacia él
y abriendo su puño
lanzó un poema
y una flor
al agua clara...
y respiró.
Llegó la noche
y volvió a la playa.
Se sentó cerca de la espuma
y, mientras pensaba,
una ola le golpeó:
el mar se quedó el poema,
pero le devolvió la flor.
6 comentarios:
Genial.
A mí siempre me pasa algo parecido a eso: entrego algo al mar y él siempre me devuelve una parte que me reconforta.
Un abrazo.
Um.. genial entrada!
Me recuerda a una canción...
http://www.youtube.com/watch?v=ZhwsYRgzh7A
Regards! (K)
Si su poema era como los tuyos, no me extraña que se lo quedara :)
Y la flor... supongo que una especie de trueque, no?
Un saludo!
Terapia, gracias por el comentario y la canción, que escucho mientras te escribo.
The gossip eye, menudo piropazo... Como dice Elchiado, siempre que le das algo, algo te devuelve. Así de comprensivo es el mar, que sabe devolver a la orilla o tragarse algunas de las cosas que le entregamos.
De hecho, a un amigo mío, de tanto mirar el mar, se le volvieron los ojos azules... :)
¿Por qué le devolvería la flor...?
Te devolvio la flor para mas inspiracion..
Bello escrito :)
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