jueves, 20 de octubre de 2011

Nuestro pasado


Sol poniente cerca del Arrecife de las Sirenas (Almería)

Nuestro pasado no se recupera:
no podré volver a rondar tu puerta
y no volverá tu palabra experta,
ni tú, alegre flor de primavera.

Aquel príncipe azul que te bailó
se desvaneció por no poder verte
y aquel viejo cine oscuro, por suerte,
conserva la butaca en que se habló...

Todo morirá como mi semilla,
y sin ti marcharé hacia el otro polo
donde te aguardaré más impaciente.

Cuando la oscuridad llegue a mi orilla
me hallará con mis recuerdos, mas solo,
como en el crepúsculo el sol poniente.
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domingo, 2 de octubre de 2011

De tan pequeños que fuimos


Dale al play para escuchar mientras lees estos versos

Desempolvamos jerseys de bebé
con alguna mancha puntual
que es como un sello del tiempo
y tiñe los vestidos blancos
-del blanco de los lirios blancos-
el color sepia de los recuerdos
que de tan pequeños que fuimos,
jamás almacenamos,
que de tan pequeños que fuimos,
jamás evocamos.
Hay una raya en el suelo
del tiempo que fue,
una raya que se eleva y hace un muro
que nos impide saber lo que pasó,
aquello que, sin embargo, vivimos
los primeros meses de este mundo
que de tan pequeños que fuimos,
jamás almacenamos,
que de tan pequeños que fuimos,
jamás evocamos.
Hay un dolor hermoso y extraño
al otro lado de la primera memoria
donde cabe la rara nostalgia
de cómo fue abrir los ojos,
de quienes nos esperaban en casa,
nostalgia de besos, nanas, juegos y palabras
que de tan pequeños que fuimos,
jamás almacenamos,
que de tan pequeños que fuimos,
jamás evocamos.
El olvido es nuestra tierra asolada
bajo una luz primordial blanca
-del blanco de los lirios blancos-
donde suena etérea la cajita de música
y se duermen aquellos ecos felices
que de tan pequeños que fuimos,
jamás almacenamos,
que de tan pequeños que fuimos,
jamás evocamos,
que de tan ignorantes que somos,
jamás extrañamos
y, sin embargo, vivimos.
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